El miedo: el peor enemigo de las decisiones.

 






Esta frase la dijo el jugador de baseball más importante de la historia. Y aprovechando que estamos en octubre, mes de las grandes ligas de este deporte, se nos ocurrió tomarla para hablar un poco de lo difícil que es identificar cuándo el miedo se está colando en nuestras toma de decisiones.

 Y la verdad es que nadie quiere perder. Vivimos en una sociedad donde el "más" tiene una valoración alta, y si en entonces nos toca tener que perder, no estamos sumando a ese más, ser más, tener más, hacer más, pernsar más...

Sin embargo, tenemos que hacer un alto y tomar conciencia: perder es invitable.

Así es, todos perdemos, todo el tiempo. Así que deja de tenerle tanto miedo a algo que vive contigo y no es tan feo y malo como pensamos. El perder es parte de decidir, y aunque valoremos siempre el "más", incluso para lograr ese "más", es preciso dejar ir otras opciones que no nos darán tanto como otras.

Si hoy elegí darle "snooze" (retrasar) a mi despertador para dormir 5 minutos más, ganaré esos 5 minutos de sueño pero los perderé para alistarme. Mi decisión me hizo perder pero también ganar. El problema llega cuando quiero ganar todo y tener 5 minutos para descansar pero sin que se me haga tarde. Aquí es donde surge el sufrimiento porque nuestro deseo es no perder pero también entendemos de manera racional que esto no es posible.

Sufre menos, acepta lo inevitable: para ganar hay que perder. Pero esas pérdidas no son para siempre, a veces sólo tenemos que ser tolerantes a que su tiempo llegue. Los siguientes tips pueden ayudarte a lidiar mejor con la pérdida que va de la mano de tomar decisiones:

1)  Revisa tus creencias: En ocasiones nuestro peor enemiga es nuestra mente, pues espera perfección y todo donde no existe ni la perfección ni la posibilidad de no perder. 

2) Revisa tus emociones: Nuestras emociones son una señal fabulosa que hemos ido apagando por miedo a sentirlas o no saber manejarlas. No las desprecies, no las minimices, no las evites. Eso genera estrés y el estrés no canalizado puede llegar a volverse ansiedad. Hay situaciones en las que elegir se vuelve difícil porque hay una pelea entre nuestras emociones y nuestra mente. Si aceptamos lo que sentimos y lo validamos puede ayudarnos mucho a guiarnos en nuestra decisión. 

En muchas ocasiones por eso nos dicen: "El que se enoja, pierde". Porque nuestras emociones sin control y sin ser escuchadas nos puede llevar a perder más que sólo aquello que por el momento no es opción para nosotros.

3)  Ten paciencia: Hay un tiempo para todo y el que ahora tengas que "perder o renunciar" a algo para darle prioridad a lo que decides en estos momentos, no significa que en un momento por venir no puedas retomar aquello que dejaste atrás. Es decir, no estás renunciando, estás dando prioridades.

4) Establece prioridades: En cuanto más claro tenemos qué es lo más importante en nuestra vida en el aquí y ahora, más fácil es tomar decisiones y dejar atrás algo que en este momento no es importante o relevante para tu momento de vida. Suena fácil, práctico y obvio, pero realizarlo con plena conciencia y tomarlo en cuenta cuando tenemos que tomar decisiones, no es tan fácil, así que no pierdas la paciencia (recuerda el punto #3) y procura mantenerte en contacto con tus prioridades haciéndote preguntas como: ¿Esto es importante ahora? ¿Esto hace que mi corazón se emocione? ¿Esto hace que mi voluntad se active? ¿Qué puedo obtener para mi vida si realizo esto ahora? ¿Tengo todos los recursos para ejecutar esto en este momento de mi vida?

5) Permítete no ser perfecto: Es posible que pienses que si ahora no puedes ejecutar algo o no tienes la voluntad o la emoción es porque algo anda mal contigo. RELÁJATE. La vida es un proceso y por lo tanto hay momentos donde se tiene que esperar a que otras cosas sucedan para poder avanzar en lo que queremos o deseamos, es decir, tenemos que permitir que lo que necesitamos suceda antes de llegar a lo que queremos. Los procesos requieren tiempo, por eso recuerda que cultivar la paciencia es algo primordial para madurar en tus procesos de toma de decisiones. Y sobre todo, los procesos no son perfectos, a veces requieren ir y venir sobre el mismo paso para poder lograr el resultado final, como hacer un mueble, puedes lijar una vez pero al limpiar y comparar darte cuenta que requiere un poco más de trabajo. No te enojes por esos momentos, disfrútalos y agradécelos pues son ellos quienes harán que logres tu objetivo.


Espero sumar a que cambiar tu punto de vista ante lo que PERDER significa. 

Déjanos tus comentarios y experiencias. 

 

 

 

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