La elección de carrera y la generosidad de espíritu


Este artículo es muy importante para mí porque fue recién hace unos meses que supe de lo que era la GENEROSIDAD DE ESPÍRITU. Bueno, al menos con estas palabras pues ya antes había escuchado sobre eso de dar sin esperar nada a cambio o los actos desinteresados de bondad, pero nunca lo había escuchado con estas palabras definiéndolo. Pero, vamos por partes.


ELECCIÓN DE CARRERA 

Antes de iniciar a explicarte sobre lo qué es la generosidad de espíritu, me gustaría aclarar que cuando estoy hablando de elección de carrera, no sólo me estoy refiriendo a la elección que todos enfrentamos después de salir de la escuela preparatoria o secundaria (dependiendo del país donde me estés leyendo); sino que me refiero a cualquier momento en la vida donde estés decidiendo cómo servir, o como le decimos en esta sociedad en la que vivimos: "lo que hacemos para ganarnos la vida".

Y vaya que es curioso que le llamemos así, y que nuestra forma de trabajar y servir sea una forma de "ganarnos la vida", porque pareciera que sólo es cuando nosotros hacemos algo para y por los demás es cuando podremos acceder a la recompensa que nos merecemos, ya sea ésta dinero, éxito, satisfacción, reconocimiento o todas juntas. Y por otra parte, al llamarle de esta forma, deja claro el porqué también sin importar nuestra edad podemos experimentar "crisis vocacionales", pues para algunas personas aunque su trabajo sea una vía para ganar dinero para vivir no sienten que estén viviendo su vida. Pero bueno, eso lo tocaremos a más profundidad más adelante, pasemos ahora sí, a definir lo que es la generosidad de espíritu.


LA GENEROSIDAD DE ESPÍRITU

Esta definición encuentra su más antigua definición en la Biblia, donde se hablaba de la generosidad como un valor primordial para la vida, y se entendía la generosidad como esa acción desinteresada de dar a los demás. Más tarde, sería Santo Tomás de Aquino quien la definiría como una "virtud que regula el uso de nuestras riquezas personales", y que además esta virtud es un acto propio de elección (Nolla, 2010). Entonces, de acuerdo a Santo Tomás y otros autores que lo han retomado, no sólo dar al otro es una elección, sino también elegir aquello de nosotros que elegimos compartir con los demás, sea a través de un bien material o de un bien que nosotros encarnemos en un sevicio ahí está la generosidad. En conclusión la generosidad no se refiere únicamente a lo que tenemos sino también lo que somos, es decir, estamos hablando de una virtud muy íntima que se comparte, y para compartir lo íntimo es preciso estar dispuesto o dispuesta a ser vulnerable.

Antonio Argandoña del Instituto de Economía de Navarra (2022) dice que la generosidad de espíritu es "hacer una valoración favorable de las acciones o ideas de otra persona", también perdonar es una forma de expresarlo, o incluso aceptar un regalo. Esta definición la elegí incluir, para que vean que estamos hablando más allá de algo moral o religioso, sino que incluso tiene que ver con algo más allá de lo espiritual sino de la vida misma, y es considerado dentro de la ética de los negocios en la actualidad.

Esta definición del Profesor Argandoña me gusta porque usa algunas palabras claves para entender la generosidad de espíritu: VALOR, REGALO, ACEPTAR.

Y estas palabras son claves porque para dar algo tan íntimo como lo que nosotros somos debemos saber su VALOR y se vuelve generoso porque lo damos como un regalo sin esperar que la otra persona lo reconozca, lo valore, lo pague o lo devuelva, pues el valor ya lo tenía desde un inicio; y por último, tiene que ver con la aceptación porque sea la que sea la respuesta que la otra persona tenga no cambiará la acción por la cual decidimos compartir lo que compartimos. Por eso, la generosidad de espíritu es, como decía Santo Tomás, una elección de compartir el valor que nosotros mismos somos.


MI GENEROSIDAD DE ESPÍRITU COMO MI VOCACIÓN

Espero que ahora después de haber definido la elección de carrera como la entendemos en este blog, y lo que la generosidad de espíritu es, puedas ver con más claridad el porqué creemos que tu generosidad de espíritu es la forma más sencilla para encontrar tu vocación. Pero, como a veces es importante no dar por sentado, me gustaría ahondar en esta relación.

Si tu ves una flor hermosa y hablas o refieres sobre su belleza, la flor no te dará las gracias, ni tampoco se pondrá más bonita porque lo hiciste, o dejará de morir y tener su propio proceso de vida porque tu la viste y reconociste su belleza, ¿cierto? Ahora te pido que tomes 5 minutos para reflexionar y tratar de ubicar aquello que amas ser o hacer sin importar que otros lo reconzcan, valoren o hablen de ello; ¿qué es eso que puedes compartit al mundo sin importar lo que otros vean, opinen o den?, ¿lo encontraste?

Si pudiste ubicarlo, ¡felicidades!, ahí está tu vocación, tu veniste a este mundo a dar eso al mundo, como la flor que existe. Ya el reconocimiento o la valoración que otros tienen hacia eso, sea esta positiva o negativa, es un extra independiente de lo mucho que tú valoras poner eso que eres o haces en el mundo, y lo valoras tanto que lo haces como parte de tu naturaleza y compartirlo con otros es tu generosidad.

Ahora, si no lograste identificar aquello que puedes compartir al mundo porque sientes que tienes habilidades, talentos o simplemente ideas que pudieran ser valiosos para ti pero que al ponerlos en el mundo son criticados, poco o mucho recibidos, o incluso son menospreciados porque otros te ven otras capacidades; no te preocupes, tienes una pista de tu vocación pero estás haciendo más importantes a los demás que a ti, es decir, es como si fueras la flor, pero no estuvieras dispuesta(o) a florecer hasta que alguien reconozca tu belleza. Y la triste realidad es que muchos nos quedamos atorados en este punto, porque se nos ha enseñado que "hay que vender lo que se demanda", o "que hay que solucionar problemas"; es decir, en nuestra sociedad le damos mucho valor a la utilidad que una profesión, una habilidad o talento puede tener y cómo eso se puede traducir en dinero. Sin embargo, ¿no son los más exitosos los que han seguido su vocación sin esperar nada a cambio y aún así lo recibieron?

Con este artículo quiero invitarte a permitirte compartir aquello que haces con tanta facilidad como respirar, porque ahí está la virtud que puedes compartir. Este artículo es una invitación a que dejes de medir la utilidad de tus virtudes por lo que otros dicen de ellos sino por lo que a ti te aporta serlo o hacerlo, es decir, deja de hacer relevante el EFECTO y concéntrate en trabajar tanto en ti que puedas SER LA CAUSA DE GENERAR, porque ahí está la generosidad.

Entonces, la generosidad no es el altruismo de dar al que no tiene o requiere, sino de poder generar. Generar espacio, generar reacciones, generar elecciones, generar emociones, generar vida, generar consiciencia, generar felicidad... 


¿Quieres ser generoso y compartirte? Conócete a ti mismo, valórate a ti mismo, compártete a ti mismo.




 


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